Si eres de los que no te gusta comer siempre las mismas empanadillas, prueba hacerlas con este relleno: espinacas y atún. Sanas y muy ricas.
Aquellos que tengan niños no se llevarán las manos a la cabeza cuando lean lo difícil que se hace pensar qué podemos poner a los niños para cenar. No es el hacerlo en sí, sino pensar qué hacer. Por eso, todo lo que sean ideas son tan deseadas como el agua de mayo. Estas empanadillas de espinacas y atún no iban a ser menos porque además de ser muy sencillas de hacer, tienen un relleno nuevo, que siempre es un plus.
Las empanadillas siempre son muy socorridas, y lo mejor de todo es que ya que os ponéis con el relleno, podéis hacer de más y congelarlas. En casa además somos muy poco de fritos por lo que las empanadillas las hacemos al horno. Además de ser más saludables no se hacen tan pesadas por el aceite que absorben al freírlas. Ahora, con las freidoras «sin aceite», seguro que también son una buena opción para aquellos que les de tanta pereza encender el horno.
En casa no tenemos este tipo de freidoras (ni de ningún otro tipo), pero es una opción que hemos valorado. Mi hermana la tiene, y está encantada. Según me cuenta, las empanadillas las deja geniales. Y estas empanadillas de espinacas y atún no van a ser menos. Por cierto, por si alguno se pregunta cuál es la freidora de mi hermana (yo también me había fijado en el mismo modelo), deciros que es una Innsky. Si la queréis un poco más grande, os recomiendo que miréis también la Princess de 11l.
Ahhh, os voy a confesar un ‘pecado’. Aunque las cantidades que os indico os da para rellenar un paquete de obleas grandes (de 16), nosotros normalmente no rellenamos todas. Bueno, las rellenamos todas, pero no con el mismo relleno, ya que siempre hacemos una de postre para cada peque. El relleno? Os podéis imaginar: chocolate!!
Nota.- Los que me seguís habitualmente, quizás os llame la atención el tema del atún. Pues tiene una explicación, estas empanadillas son anteriores al conocimiento de la alergia de Mario, pero la tenía ahí pendiente de subir así que ahora puede sonar un poco ‘extraño’
Ingredientes
- 16 obleas grandes
- ½ cebolla
- 300 g de espinacas frescas
- 2 latas de atún al natural (80 g cada una)
- 3 c/s de tomate frito (mejor casero)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Huevo batido (opcional)
Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
Elaboración
- Pelamos y picamos la cebolla finamente.
- En una sartén grande ponemos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y cuando esté caliente, echamos la cebolla para pocharla.
- Una vez la cebolla empiece a dorarse, añadimos las espinacas. Veremos que abultan mucho (por eso de usar una sartén grande), pero que según se vayan haciendo irá reduciendo mucho el volumen. Mientras se van haciendo podemos añadir un poquito de sal (al gusto).
- Cuando las espinacas se hayan reducido considerablemente, añadiremos el tomate frito y dejaremos unos 2 o 3 minutos a fuego lento, removiendo de vez en cuando.
- Por último, añadiremos el atún desmigado bien escurrido y lo mezclamos con la verdura.
- Retiramos del fuego y dejamos enfriar el relleno.
- Mientras se enfría nuestra mezcla, ponemos el horno a calentar a 180º.
- Una vez haya atemperado nuestra mezcla, rellenamos las empanadillas (sin pasarnos para que no se rompan), las cerramos y las sellamos con la ayuda de un tenedor (aplastamos los bordes para que no se salga la masa).
- Colocamos las empanadillas sobre la bandeja de horno forrada con papel de hornear. Las pincelamos un poco con huevo batido y las horneamos durante 10-15' a 180º hasta que empiecen a dorarse.
- Dejamos enfriar ligeramente y disfrutamos de un rico bocado
Para tener en cuenta
- Aquellos que no queráis (o podáis por temas de alergias) usar huevo, podéis prescindir de él. Si queréis que os queden doraditas sin huevo, podéis usar algo de leche (incluso leche vegetal) o un pelín de aceite.
- Para aquellos que queráis congelar, sólo recordaros que podéis hacerlo una vez tengáis rellenas, cerradas y selladas las empanadillas. Eso sí, os recomendamos que entre empanadilla y empanadilla pongáis un trozo de papel de hornear (por ejemplo) para que no se queden pegadas al congelarse y luego se rompan al intentar separarlas.
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