El helado de galletas María es un helado que siempre triunfa y perfecto si te gusta este sabor tan típico. Recuerda a ese tazón de leche lleno de galletas.
Hoy os traigo otro helado más. Ya os comenté hace unos días que este verano le estábamos dando mucho uso a nuestra heladera y que subiríamos bastante recetas de helados. Hoy toca uno de galletas… sí, sí, un helado de galletas María
Si hay una galleta que todos hemos probado a lo largo de nuestra vida (y mucho más durante esta infancia) es la galleta María. Es la primera galleta que solemos dar a los bebés, y ese sabor es inconfundible. Si sois de los que les encantaba llenar de galletas el tazón de la leche hasta que pareciese una pasta al humedecerse, este helado de galletas María os va a encantar. Os trasladará a vuestra infancia
La verdad es que las galletas están muy presentes en toda la repostería… como base de muchas de nuestras tartas, o incluso como parte principal de ellas, y si no, acordaos de las tarta de galletas y chocolate o la tarta típica de cumpleaños. Otra vez vuelta a la infancia!
No me voy a entretener mucho más antes de pasar a la receta. Sólo comentaros que aunque siempre podéis hacer las típicas bolas de helado para servirlo, este helado de galletas María es un buen candidato para presentarlo en forma de sandwich tal y como veis en la foto
Ingredientes
- 225 g de galletas María
- 450 ml de leche entera (mejor fresca)
- 300 ml de nata (>35% MG)
- 3 yemas de huevo
- 110 g de azúcar
- 2 c/s de miel
Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
Elaboración
- Con la ayuda de una picadora, trituramos las galletas. Reservamos.
- Separamos las yemas de las claras. Reservaremos las yemas y guardaremos las claras para usar en otra elaboración. Recordaros que las claras se pueden congelar perfectamente.
- En un cazo ponemos la leche, la nata y la miel y calentamos a fuego medio removiendo a menudo para que no se nos pegue.
- Mientras, en un bol echamos las yemas y el azúcar y batimos con la ayuda de unas varillas (pueden ser eléctricas) hasta que 'espume' la mezcla.
- Cuando comience a coger temperatura (unos 50º-55º) la leche y la nata, añadimos las galletas trituradas y dejamos que siga calentándose la mezcla sin dejar de remover.
- Cuando la mezcla de leche y nata esté caliente (unos 60º-65º) retiramos del fuego e incorporamos la mezcla de huevo y azúcar poco a poco mientras continuamos removiendo.
- Volvemos a poner al fuego (medio-bajo) y seguimos calentando, sin dejar de remover, hasta que espese nuestra masa (esto suele ocurrir sobre los 72º-75º) y con cuidado de que no pase de los 85º ya que se nos cuajarían los huevos. Cuando removemos con la ayuda de unas varillas metálicas o cuchara de madera, es conveniente 'rascar' el fondo del cazo ya que es ahí donde tiende a cuajar con mayor rapidez.
- Retiramos del fuego y dejamos que atempere la crema antes de pasarla a un recipiente con tapa que meteremos en la nevera durante unas 2-3 horas para que enfríe (yo lo suelo dejar toda la noche). Si utilizamos una heladera con compresor, este paso no es estrictamente necesario, pero sí muy recomendable (yo siempre lo hago a no ser que vaya muy pillado de tiempo). En el caso de hacerla sin heladera, podemos pasarla directamente al congelador (ver siguiente paso -sin heladera- )
- Ya tenemos nuestra crema lista para mantecar por lo que en función de si vamos a utilizar heladera o no, aplicaremos los siguientes pasos:
Con heladera.
‣ Vertemos la crema en la cubeta de helado (que habremos dejado en el congelador al menos 24 horas si no es de las de compresor), y seguimos las indicaciones del fabricante hasta que el helado quede bien mantecado.
‣ Pasamos a un recipiente apto para congelar y lo metemos en el congelador para que el helado acabe de coger la textura.
Sin heladera.
‣ Vertemos la crema en un recipiente (mucho mejor si es de metal) con tapa hermética apto para introducirlo en el congelador y lo dejamos durante 45-60 minutos.
‣ Sacamos el recipiente y lo batimos para que coja aire y para romper los cristales que se van formando y que nos evitarían que se congele de forma homogénea.
‣ Repetiremos la operación anterior (dejar congelar y batir) durante 2,5-3 horas más, si bien es conveniente remover cada menos tiempo. Durante la primera hora, es recomendable hacerlo cada 10-15 minutos, las siguientes lo podemos hacer cada 30 minutos. Con ello conseguiremos que los cristales de hielo sean pequeños y nos quede un helado cremoso. - Nuestro helado ya está listo! Cuando lo vayamos a comer, es conveniente sacarlo del congelador unos 10-15 minutos antes, para que coja una textura más cremosa.
Para tener en cuenta
- Si queréis hacer helados tipo sandwich lo más fácil es usar un aro de emplatar del tamaño de la galleta. 'Perforad' el helado en plan tubo y dependiendo del grosor (altura del aro) podéis darle un corte para hacer alguna 'rodaja' más fina.
- Aunque es más fácil tener en casa miel que azúcar invertido, ya sabéis que podéis sustituir uno por otro. Yo en este helado uso miel por aquello del sabor.
- Si queréis saber un poco más sobre las diferencias (pros y contras) entre las heladeras de cubeta de gel y las de compresor, podéis leer aquí la receta donde lo comentaba. Es un poco el estudio de mercado que hice yo antes de comprarme la mía (una de compresor).
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