Lasaña de calabacín y ricotta

Lasaña de calabacín y ricotta
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Si buscas diferentes formas de preparar lasaña, la de calabacín y ricotta te va a sorprender. Un relleno que casa a la perfección.

La pasta es algo, que en general, a todo el mundo gusta. No tanto la verdura (en este caso, hortaliza) que a algunos (no es mi caso) no les atrae mucho. Por eso, esta lasaña de calabacín y ricotta intenta ‘disimular’ la hortaliza dentro de la lasaña. Aunque si os digo la verdad, en mi casa no ha pasado desapercibida. Los más pequeños de la casa han identificado el calabacín a las primeras de cambio

Las lasañas suelen tener la fama de ser platos excesivamente calóricos, en gran medida por el hecho de poder llevar bechamel. No va a ser en este caso. El calabacín, junto con la ricotta y el queso curado nos van a proporcionar un relleno lo suficientemente cremoso, y sin un exceso de calorías. Por cierto, recordaros que el ricotta es considerado como uno de los 5 mejores quesos para la salud. Casi nada

Un aspecto muy importante a tener en cuenta durante la elaboración de esta lasaña de calabacín y ricotta, es eliminar al máximo posible el agua que suelta el calabacín. ¡Porque tiene mucha! De no hacerlo, a la hora de llevarla al horno, nos podría ‘aguar’ un poco la elaboración. Para los que os gustan los datos, deciros que ¡el calabacín tiene un 94% de agua!

Y ya que os ponéis manos a la obra a rallar y quitar el agua del calabacín, podéis hacer un poco más y preparar, para rematar el menú, unas magdalenas de calabacín y pepitas de chocolate. De hecho, así también aprovecháis que encendéis el horno . ¿A que no suena mal el plan?

Ingredientes

  • 1,5 kg de calabacín
  • 2 cebollas medianas
  • 4 dientes de ajo
  • 400 g de queso ricotta
  • 150 g de queso curado rallado
  • 100 g de nata para cocinar
  • 250 g de salsa de tomate
  • ½ c/p de tomillo
  • Sal y pimienta
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 20 láminas de pasta para lasaña
    Cantidades para una fuente rectangular de 32x24 cm

Abreviaturas

  • c/s: Cuchara sopera
  • c/p: Cuchara de postre
  • c/c: Cuchara de café
  • c/n: Cantidad necesaria

Elaboración

  1. Lavamos y rallamos los calabacines. Los ponemos en un colador para que vayan soltando todo el agua. Es necesario retirarles el máximo de agua posible. No bastará sólo con dejarlos escurrir sino que tendremos que 'prensarlos' un poco (con ayuda de peso) o incluso apretarlos con la mano para que vayan soltando todo el agua.
  2. Pelamos y picamos los ajos y las cebollas. En una cazuela amplia, ponemos a calentar un buen chorro (para cubrir ligeramente el fondo) de aceite de oliva virgen extra y cuando esté caliente (sin que llegue a humear) echamos los ajos y la cebolla. Dejamos que se vaya pochando durante unos 10-15 minutos.
  3. Una vez escurridos los calabacines y pochada la cebolla junto el ajo, añadimos los calabacines a la cazuela y rehogamos durante 3-4 minutos, a fuego medio. Si siguen soltando algo de agua en la cazuela, podemos esperar a que se evapore o incluso retirarlo con una cuchara.
  4. Incorporamos el queso ricotta, la nata, y la mitad del queso curado rallado (reservamos la otra mitad para cuando montemos la lasaña). Removemos para que todo se vaya integrando a fuego muy suave. Ya casi no hace ni falta tenerlo al fuego, y lo podemos hacer prácticamente con el calor residual de la cazuela.
  5. Condimentamos con el tomillo, la sal y la pimienta negra recién molida y removemos. Retiramos del fuego y reservamos nuestro relleno.
  6. Preparamos las láminas de la lasaña siguiendo las instrucciones del fabricante. En mi caso, que he usado láminas precocidas, ha sido suficiente con ponerlas en remojo con agua caliente durante unos minutos.
  7. Ahora, y antes de empezar a montar la lasaña, ponemos el horno a calentar a 220º con calor arriba y abajo.
  8. Para montar la lasaña, cogemos una fuente apta para horno y cubrimos el fondo con la mitad de la salsa de tomate (reservamos la otra mitad). Sobre ésta cama de tomate, colocamos una capa de láminas de lasaña (si las tenemos en agua, las escurrimos bien) y a continuación extendemos parte del relleno. Cubrimos de nuevo con un capa de láminas de pasta.
  9. Para la siguiente capa, extendemos relleno y cubrimos con láminas de pasta. Repetimos la operación las veces que sea necesario hasta acabar con el relleno. Finalizaremos siempre con una capa de láminas de pasta. En mi caso, he hecho tres capas de relleno (repartiendo 1/3 del mismo en cada una), por lo que he puesto 4 capas (incluyendo la primera encima del tomate) de pasta.
  10. Sobre la última capa de pasta, repartimos el resto de salsa de tomate, y sobre ésta el resto de queso curado rallado que teníamos reservado.
  11. Metemos la lasaña al horno (precalentado a 220º con calor arriba y abajo) a mitad de altura, y cocemos durante 15 minutos. Si tras este tiempo vemos que la parte de arriba no está lo suficientemente dorada, podemos poner a gratinar durante un par de minutos más hasta darle el toque deseado. Tendremos mucho cuidado si la ponemos a gratinas no se nos vaya a quemar la parte de arriba..
  12. Sacamos del horno y dejamos que atempere un poco (10-15 minutos) antes de servir.

Para tener en cuenta

  • El punto del calabacín. Personalmente me gusta dejar el calabacín al dente para que tenga algo más de consistencia la parte del relleno, pero si queréis que pase un poco más desapercibido, podéis pocharlo algo más antes de echar el queso. Esto ya es cuestión de gustos.

Lasaña de calabacín y ricotta (montaje)

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