Elaboración

1. Con el horno precalentado a 200º metemos los pimientos en una bandeja a la que echamos un chorrito de aceite y una pizca de sal. En mi caso, para evitar que se manche mucho, suelo forrar el fondo de la fuente con papel de aluminio. Dejamos que se hagan durante 30-40 minutos (depende un poco de lo gruesa que sea la carne de los pimientos), dándoles la vuelta de vez en cuando. Una vez que estén hechos, los dejamos enfriar. Los cortamos en tiras y los reservamos en un bol.
2. Al mismo tiempo, ponemos las placas precocidas de lasaña en una fuente con agua caliente para que se ablanden un poquito. Las dejaremos unos minutos en remojo mientras preparamos el relleno. Una vez hayan cogido flexibilidad, las sacamos del agua. Si las vamos a dejar unas encima de otras es recomendable echarles por encima un poquitín (despreciable) de aceite para que no se peguen entre sí.
3. Para el relleno, colocaremos el requesón en un cuenco y aplastaremos con un tenedor. A continuación añadimos la mozzarella cortada en trozos muy pequeños, así como el queso parmesano y los huevos cocidos muy picaditos. Añadimos pimienta y sal al gusto y removemos para mezclar todos los ingredientes.
4. En una bandeja apta para horno, colocamos una capa de placas de lasaña, una de pimientos asados, una de lasaña, una mezcla de quesos, .... y así vamos repitiendo hasta que acabemos con todos los ingredientes (a mí me ha dado para dos capas de pimientos y otras dos de queso). La última capa será de placas de lasaña.
5. Una vez montada la lasaña con todas sus capas la cubriremos con el tomate frito (si es Hida, notaréis la diferencia) y echaremos por encima el queso emmental y el parmesano. Para finalizar echamos un poquito de albahaca por encima, que siempre le da un toque especial.
6. Meteremos al horno a 180º durante 15 minutos. Una vez transcurrido el tiempo le daremos otros 5 minutos para que gratine. Ya sólo nos queda emplatar y degustar esta riquísima lasaña.