Moussaka griega

Moussaka griega
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50 min
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75 min
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La moussaka griega es uno de los platos más conocidos de la gastronomía griega aunque está también muy extendido por los Balcanes y Oriente medio.

Todavía recuerdo la primera vez que probé una moussaka griega. Si, si, griega, griega. Porque aunque de los ingredientes no me acuerdo, lo que recuerdo es que fue en Grecia, durante mi viaje fin de estudios cuando cursaba 3º de BUP. Un viaje por toda la península del Peloponeso que a punto estuvimos de no poder hacer por falta de quórum (la gente se decidió más por los viajes a Italia o Canarias). Al final lo salvamos juntándonos con un grupo de universitarios en su viaje paso de ecuador

Cuando hablamos de moussaka, musaka o simplemente musaca tendemos a asociarla a la lasaña italiana. Mal hecho . La moussaka tiene su propia ‘personalidad’, y aunque la más conocida es la moussaka griega, su elaboración está muy extendida por los Balcanes y por todo Oriente Medio.

La receta que os traigo yo no es la receta original que lleva carne de cordero (yo la he hecho con ternera), berenjena, tomate y bechamel aunque también suelen llevar una primera capa de patatas cortadas en rodajas y ligeramente fritas que le da una base un poco más consistente. En mi caso, he prescindido de las patatas y he añadido un poco más de verdura así como un poco de vino tinto para darle algo más de sabor. Al final, como todas las recetas tan internacionales, podéis encontrar infinidad de variantes. Bueno, en las internacionales, y en las tradicionales. En la cocina salada todo es susceptible de modificación e improvisación cosa que no sucede con la repostería donde nos tenemos que ajustar más a la receta

Ah, y si os gusta la berenjena, y aprovechando que hoy en día la podemos encontrar durante todo el año, os recomiendo este curry de garbanzos, calabaza y berenjena o el dip por excelencia con berenjena: el baba ganoush.

Ingredientes

  • 2 berenjenas grandes
  • 1 kg de carner picada de cordero o ternera
  • 75 g de queso parmesano rallado
  • 3 cebollas
  • 6 zanahorias
  • 7 tomates maduros
  • 1 puerro
  • 2 dientes de ajo
  • 250 ml de vino tinto
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Pimienta y sal
    Para la bechamel
  • 50 g de mantequilla
  • 50 g de harina
  • 600 ml de leche
  • Una pizca de nuez moscada
  • Sal
    Cantidades para una fuente rectangular de 22x31 y 7cm de alto

Abreviaturas

  • c/s: Cuchara sopera
  • c/p: Cuchara de postre
  • c/c: Cuchara de café
  • c/n: Cantidad necesaria

Elaboración

  1. Lavamos las berenjenas y las cortamos en láminas ni muy gruesas, ni muy finas (unos 6-8 mm). Les echamos un poco de sal y las ponemos sobre un papel absorbente para que vayan soltando el agua que tienen. Las dejaremos durante unos 30-40 minutos. Esto hará que 'suelten' ese regusto amargo que tienen.
  2. Ponemos un poco de aceite en una sartén y freímos ligeramente las berenjenas por ambos lados. Reservamos.
  3. En la misma sartén añadimos un poco más de aceite y doramos los dientes de ajo laminados. Cuando estén doraditos, añadimos las cebollas y el puerro cortados en brunoise.
  4. Pelamos, lavamos y cortamos las zanahorias también en brunoise e incorporamos a la sartén.
  5. Cuando estén las verduras blanditas, añadimos los tomates bien picaditos (podemos pelarlos si queremos) y dejamos que se cocinen bien.
  6. En una sartén aparte, con un poco de aceite, freímos ligeramente la carne picada y le añadimos nuestra salsa de tomate (sofrito) que acabamos de preparar.
  7. Agregamos el vino y subimos el fuego hasta que hierva y se evapore el alcohol, dejamos cocinar a fuego medio-alto durante unos 10 minutos hasta que se haya evaporado todo el líquido.
  8. Es el momento de preparar la bechamel. En una sartén ponemos la mantequilla y dejamos que se derrita. En ese momento añadimos la harina y rehogamos hasta que coja un color dorado. Vamos incorporando la leche removiendo con frecuencia con ayuda de una cuchara de madera  o varillas (que no se raye) hasta que quede bien espesa y sin grumos (si se queda con grumos podemos pasarla un poco por la batidora). Retiramos del fuego y añadimos la nuez moscada y la sal. Dejamos enfriar.
  9. Preparamos fuente donde vamos a montar la moussaka y colocamos una primera capa de berenjenas, seguida de una de carne. Repetiremos el proceso terminando con una capa de berenjena (la mía ha tenido tres capas).
  10. Vertemos la bechamel sobre la moussaka y espolvoreamos con el queso parmesano.
  11. Metemos en el horno precalentado a 180º . Horneamos durante 20 minutos y luego gratinamos 3-5 minutos más a 220º.
  12. Servimos calentita pero con cuidado de no quemarnos al echárnosla a la boca

Para tener en cuenta

  • Al igual que la lasaña, la moussaka congela muy bien. No dudéis en hacerlo si os sobra alguna ración porque resolveréis una comida para otro día
  • Si queréis ir un poco más rápido, en lugar de usar tomate natural, podéis utilizar tomate frito ya hecho (mucho mejor si es casero). En este caso, añadidlo después de que se haya evaporado el alcohol del vino.
  • Y hablando de vino, aunque yo he utilizado vino tinto, también podéis utilizar un blanco. Dadle vuestro propio toque

Moussaka griega (entera y corte)

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