Siempre es bueno incorporar ingredientes nuevos a nuestro recetario, y la receta de hoy tiene parte de ello. Hacía tiempo que tenía en mente preparar esos nidos tan chulos que se ven por algunas barras de pintxos. Seguro que vosotros también los habéis visto más de una vez.
Lo primero era saber con qué se hacía esos nidos. No tardé en identificar el ‘ingrediente secreto’: la pasta kataifi (también denomianda kadaif, kanafeh o kadayif). Se trata de una pasta que se elabora como la pasta filo si bien la forma de presentarla es en forma de fideos muy finos al estilo del cabello de ángel. Su sabor no es dulce ni salada por lo que podemos utilizarla tanto en postres como en aperitivos.
Lo segundo fue buscar dónde podía comprar esta pasta. Tras unas cuantas intentonas, sin éxito, por supermercados de tamaño medio, al final lo encontré en Alcampo casi de casualidad, porque no nos vamos a engañar, no es de las pastas o masas más utilizadas. Pero ahí estaba, junto a los hojaldres, masas quebradas, pasta filo, masas para pizza…
Y ya lo tercero era decidirse por el relleno. La verdad es que admite casi cualquier tipo de relleno, pero eso sí, que no tenga mucha salsa para evitar que se humedezcan los nidos y pierdan la gracia del crujiente. En mi caso me decidí por unas verduritas que rematé con un poco de curry.
Aquí os dejo con la receta. Que la disfrutéis!
Ingredientes
- Tiempo de preparación: 20 min
- Tiempo de cocción: 25 min
- Raciones: 8 nidos
- Dificultad: media
- Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
- 400 gr de pasta kataifi
- 1 berenjena (unos 350 gr.)
- 1 calabacín (unos 500 gr.)
- 1 cebolla
- 250 gr champiñón portobello
- 250 ml de leche de coco
- 1+ ½ c/p de curry en polvo
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- 25 gr mantequilla
Elaboración
- En primer lugar, vamos a preparar los nidos. Para ello buscamos unos moldes con los que poderles dar forma. Yo he utilizado unos moldes para muffins/magdalenas, pero podéis utilizar lo que tengáis más a mano.
- Precalentamos el horno a 220º.
- Fundimos la mantequilla en el microondas. Reservamos.
- Extendemos los hilos de pasta kataifi, los pintamos de mantequilla con ayuda de un pincel y una vez húmedos los colocamos sobre los moldes que tenemos preparados, dándoles la forma de nido (con su agujerito en el centro).
- Realizamos la misma operación hasta cubrir todos los moldes que tengamos preparados y lo metemos al horno a 200-220º hasta que se doren un poquito (entre 7 y 10 minutos). Cuando estén listos, los sacamos del horno y dejamos que se enfríen. Reservamos.
- Lavamos la berenjena, la cortamos en dados pequeños y le echamos un poco de sal. La dejamos sobre un escurridor para que vaya soltando todo el agua que tiene.
- Lavamos el calabacín y lo cortamos (yo no lo pelo ya que me gusta ver el verde de su piel) en cuadritos pequeños. Reservamos.
- Lavamos y trocemos el champiñón. Reservamos.
- Troceamos la cebolla (en trocitos más pequeños que las verduras) y reservamos.
- Una vez que tenemos toda la verdura preparada, ponemos un sartén con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra en el fuego y cuando éste coja temperatura empezamos a hacer la verduras. Dado que tienen distinto punto de cocción, las vamos a hacer por separado. Empezaremos con la cebolla, y cuando ésta empiece a dorarse, la retiramos del fuego y la reservamos. Haremos lo mismo con el calabacín, luego con la berenjena y finalizaremos con el champiñón. Si entre verdura y verdura vemos que nos quedamos sin aceite, añadimos un poquito más.
- Volvemos a poner esta vez todas las verduras en la sartén, añadimos un poquito de sal, mezclamos e incorporamos la leche de coco y el curry en polvo.
- Rehogamos durante unos minutos removiendo con una cuchara de madera hasta que la salsa se empiece a poner un poco más espesa y se quede impregnada en la verdura. Recordad si dejamos la salsa muy líquida, se nos humedecerán los nidos.
- Rellenamos los nidos con las verduras al curry y servimos.
Comentarios
- Al igual que le pasa a la pasta filo, no conviene dejarla que le dé mucho el aire ya que se deshidrata fácilmente. Eso sí, es mucho más fácil de trabajar que la filo, que personalmente, en algunas ocasiones me llega a desesperar
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