La receta de hoy es una receta básica. Una receta que siempre tenemos en mente y que nos servirá de… Continúe leyendo »
La receta de hoy es una receta básica. Una receta que siempre tenemos en mente y que nos servirá de referencia para cualquier otra receta con pimientos asados (¿habéis probado la lasaña de quesos y pimientos asados?)
La verdad es que hay infinidad de conservas de pimientos asados, y algunas de ellas de muy buena calidad, pero nada como los hechos en casa (y ya no te cuento si los hiciésemos en horno de leña). Muchas veces nos da pereza hacerlos, pero en cuanto los probamos se nos olvida la labor que hay detrás de ello
Los pimientos rojos los podemos encontrar a lo largo de todo en año en el mercado pero la fluctuación en el precio (incluso de un día para otro) es muy alta. Así que cuando veo una oferta como la del otro día (0,99 €/kilo) no me lo pienso y los echo en el carro para asarlos y guardarlos en un poquito de aceite junto con el jugo que suelta al asarlos o incluso guardarlos en botes. Ah, se me olvidaba, los mejores pimientos para asar son los morrones ya que son los más carnosos y se pelan con facilidad una vez asados.
Esta receta es muy sencilla y seguro que todos sabéis hacerlos perfectamente y que tenéis algún tipo de truco a la hora de asarlos o conservarlos que espero compartáis con todos nosotros en los comentarios de esta receta. No me enrollo más, aquí os dejo la ‘receta’.
Ingredientes
- 2 kg de pimientos morrones rojos
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- 2 dientes de ajo (opcional)
Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
Elaboración
- Precalentamos el horno a 200º (luego lo bajaremos a 180º).
- Lavamos bien los pimientos y los secamos. A continuación, y ayudándonos de un pincel de cocina les impregnamos de aceite por todos los lados. Esto hará que luego podamos pelarlos perfectamente. Sazonamos un poco.
- Colocamos los pimientos sobre una fuente con un pelín de agua y ésta sobre la bandeja del horno en la posición central. Bajamos la temperatura del horno a 180º con calor arriba y abajo y dejamos que se hornéen los pimientos durante unos 60-75 minutos (dependerá un poco de los pimientos y del horno). A mitad de tiempo, sacamos la bandeja con cuidado de no quemarnos y les damos la vuelta a los pimientos para asarlos igualmente por todas los lados.
- Transcurrido el tiempo, veremos que la piel está arrugada, los sacamos y los dejamos enfriar.
- Cuando los pimientos estén fríos, les quitamos la piel y el rabo, los abrimos por la mitad y tras quitarles las pepitas que le puedan quedar, los hacemos tiras (yo lo hago con las manos) y los guardamos en un recipiente.
- Rellenamos el recipiente con un poco del agua que han soltado durante el asado y terminamos con un buen chorro de aceite hasta cubrirlos.
- Aquellos que como a mí les gusta el toque que le da el ajo crudo, echamos los dos dientes de ajo laminados y removemos para que se repartan por el recipiente.
Trucos.
- Si a la hora de asarlos no utilizáis una fuente y queréis hacerlos directamente en la bandeja del horno, es conveniente forrarla de papel de aluminio para no mancharla demasiado con los jugos que sueltan los pimientos. Las bandejas del horno son más difíciles de manipular para lavarlas
- Los pimientos asados nos pueden durar perfectamente 30 días de la nevera. Si queremos tenerlos en botes para consumirlos a lo largo del año, será necesario esterelizar los botes y hacerlos al baño maría durante unos 20 minutos.
- Otra opción de mantenerlos es congelar los pimientos asados. Para ello los meteremos en bolsas de congelación en cantidades que consideremos oportunas, y bastará con sacar los pimientos y descongelarlos para saborear o acompañar a cualquiera de nuestras preparaciones.
- Hay gente que cuando terminan sacan del horno los pimientos, los envuelven en papel de aluminio para que suden y así facilitar su pelado. Yo no suelo hacerlo porque con el baño de aceite que les doy antes de meterles en el horno me vale
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