Estoy convencido de que muchos de vosotros estaréis conmigo en que una quiche difícilmente puede estar mala. Suele ser difícil… Continúe leyendo »
Estoy convencido de que muchos de vosotros estaréis conmigo en que una quiche difícilmente puede estar mala. Suele ser difícil hacerla mal (es muy simplona) y a poco que acertemos con los ingredientes (sólo alguna combinación rara nos la puede llevar al traste) estará para chuparse los dedos.
Aunque en casa no somos muy de estas preparaciones (las hacemos muy de vez en cuando), las solemos tomar como acompañamiento de la cena, aunque como no podía ser de otro modo, si queda algo, es ideal para el tupper del día siguiente
El quiche de hoy, además de rico, es muy colorido gracias a nuestros pimientos de tres colores (rojo, amarillo y verde) o lo que en muchos sitios llaman pimientos semáforo (por su forma de presentarlos en el paquete).
Ingredientes
- 1 lámina de masa quebrada refrigerada
- 1 pimiento rojo pequeño
- 1 pimiento amarillo pequeño
- 1 pimiento verde pequeño
- ½ cebolla mediana
- 125 ml. de nata líquida
- 125 ml . de leche
- 1 huevo
- 1 yema de huevo
- 40 gr. de queso parmesano rallado
- 2 c/s de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta
- Cantidades para molde rectangular de 35x12 cm.
Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
Elaboración
- En primer lugar vamos precalentando el horno a 180º.
- Extendemos la masa quebrada y la utilizamos para forrar nuestro molde desmoldable. Pinchamos la masa con ayuda de un tenedor, la cubrimos con papel de hornear y le ponemos peso (yo utilizo garbanzos) para que no se levante.
- Metemos en el horno y cocemos durante 10-12 minutos.
- Mientras se hornea nuestra base, lavamos, limpiamos las pipas de nuestros pimientos y los picamos, junto con la cebolla, en trozos no muy grandes pero tampoco muy pequeños (a mí me gusta que se noten los trocitos de pimiento).
- En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra y salteamos los pimientos y la cebolla hasta que estén más o menos tiernos. Salpimentamos y reservamos en un plato.
- En un bol, mezclamos la leche, la nata, el huevo, la yema y un poquito de sal y pimienta. Batimos bien esta mezcla y añadimos el parmesano rallado, removiendo un poco para distribuirlo por toda la masa.
- Volcamos la preparación encima de la masa quebrada (que ya tendremos fuera del horno y le habremos quitado los garbanzos y el papel) y horneamos durante 35-40 minutos.
- La podemos servir recién sacada del horno o bien un poco templada. De cualquier modo está riquísima.
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