El tahini, o también conocida como tahin o tahina, es una pasta de sésamo (también llamado ajonjolí) muy utilizada en Oriente Próximo en recetas como el hummus, el baba ganoush o el falafel, aunque simplemente untado con un poco de pan ya está deliciosa
La receta no puede ser más sencilla. Básicamente es sésamo tostado (lo podemos comprar ya tostado o tostarlo nosotros) con un medio líquido que suele ser aceite y/o agua. Como os podéis imaginar según el líquido e incluso el tipo de éste (aceite de oliva, de sésamo, virgen extra…) que utilicéis, tendréis un sabor más o menos potente. Del mismo modo, y dependiendo de la cantidad de líquido que incorporemos, podemos estar hablando de una salsa o una pasta (más o menos líquido). En la receta que os dejo yo, es más bien una pasta donde juego con distintos aceites y agua.
Una vez hagáis el tahini casero, estoy convencido que no volveréis a comprar el comercial. Es tan fácil y tan sencillo de hacer que cuando vayáis a emplearlo en cualquier receta podéis hacer la cantidad que necesitéis.
Ingredientes
- Tiempo de cocción: 10 min
- Dificultad: fácil
- Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
- 150 g de sésamo
- 3 c/s de aceite de oliva virgen extra
- 1 c/s de aceite de sésamo
- 1 c/s de agua
- 1 pizca (muy poco) de sal
Elaboración
- Si utilizamos sésamo sin tostar será necesario tostarlo. En primer, enjuagamos las semillas bajo un chorro de agua fría y escurrimos bien. A continuación ponemos a calentar una sartén amplia a fuego medio-alto, sin añadir nada de grasa (aceite, mantequilla,...). Cuando esté caliente echamos las semillas de sésamo y dejamos que se doren durante unos 5 minutos, moviéndolas de vez en cuando para que se haga de forma homogénea. Veremos cómo cambian ligeramente de color (a dorado) y comienzan a soltar aroma. Una vez tostado el sésamo, dejaremos enfriar durante unos 10 minutos.
Si utilizamos sésamo tostado, nos podremos saltar este primer paso - Ponemos el sésamo tostado en una picadora/batidora o molinillo junto con la pizca (muy pequeña) de sal, una parte del aceite y comenzamos a triturar a velocidad máxima. Mientras seguimos triturando vamos añadiendo el resto del aceite y agua hasta lograr una pasta cremosa.
Como la pasta se irá pegando a las paredes, iremos bajándola hacia el centro para seguir triturándola. - Cuando consigamos la textura deseada (no hace falta tener una pasta fina, fina), sacaremos la pasta del vaso donde hemos triturado y la pasamos a un recipiente hermético.
A tener en cuenta
- Este tahini casero dura semanas en la nevera. Aunque no lleva mucho tiempo hacerla, yo cuando hago suelo hacer algo más de cantidad para nuevas elaboraciones.
- Como os comentaba, el tahini es de sabor fuerte. Si lo queréis con menos sabor, podéis usar semillas sin tostar (lavadlas antes de triturar) o sustituir parte del aceite por más agua. Incluso, para darle un toque más dulce, podéis usar miel
Deja una respuesta