Estas tortitas de calabacín son ideales para una cena ligera o como guarnición para carnes y pescados. Además son una forma diferente de comer verdura.
Seguro que muchos de los que leáis esta receta y tengáis niños pequeños, estáis conmigo en que las cenas de los peques son un pequeño ‘dolor de cabeza’. Si por ellos fuese siempre comerían lo mismo, aunque somos nosotros los que les debemos guiar en esa alimentación sana y variada. Pero la pregunta de siempre es… y hoy qué les hacemos para cenar? Venga, que os doy una idea… qué tal unas tortitas de calabacín?
Las tortitas de calabacín son un ‘mucho en uno’. Sí, sí, como lo oís. Son sanas, ricas, ligeras, fáciles de preparar y por supuesto una buena forma de comer verdura para aquellos que les cuesta tanto En este caso seguro que la verdura les entrará por los ojos y el sabor no les hará pensar que están comiendo ‘verde’
A lo hora de preparar las tortitas tendréis que tener en cuenta algo importante para que os salgan bien: el agua. Los calabacines, como la mayoría de las verduras, tienen mucha agua así que es necesario quitársela para que podamos dorarlas bien.
Ahhh, y mientras escribo esta receta se me pasa por la cabeza esas magdalenas de calabacín y pepitas de chocolate que fueron un exitazo en casa. Ya que estáis con el calabacín, lo mismo podéis hacer las dos A más de uno les parecerá una gran idea
Ingredientes
- 2 calabacines medianos (unos 850 g. aprox)
- 1 huevo
- 60 g de harina
- 1 c/p de levadura química
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra molida
Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
Elaboración
- Lo primero que haremos será lavar bien los calabacines y quitarles los puntas de los extremos. No es necesario pelarlos.
- Rallamos los calabacines de forma gruesa (en esos ralladores como los de IKEA que traen dos grosores, utilizamos el más gordo) y los ponemos en un colador junto con un poco de sal (sobre una cucharadita de postre) y removemos para distribuir la sal. Esto hará que vayan soltando el agua. Los dejamos ahí unos 15-20 minutos.
- Una vez transcurrido el tiempo, veremos que todavía tienen bastante agua así que intentaremos quitarles el máximo posible. Para ello podemos apretarlos con el reverso de una cuchara sobre el colador. También podemos utilizar una muselina para hacerlo o incluso, con las manos bien limpias podemos apretarlos para que suelten el resto de agua que les queda.
- En un bol echamos el huevo y lo batimos junto con un poco de pimienta molida y sal. Tened en cuenta que aunque ya hayamos echado sal al calabacín para que suelte el agua, ésta se perderá junto con el agua.
- Incorporamos el calabacín rallado al bol y añadimos la harina y la levadura. Removemos bien hasta que se mezclen todos los ingredientes.
- Ponemos al fuego una sartén junto con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y cuando esté caliente echamos un poco de masa (nos podemos ayudar con dos cucharas) y la extendemos para darle forma de tortita. Trabajamos a temperatura medio/alta (yo al 7 sobre 12). Dependiendo del tamaño de la sartén podremos hacer en tandas de dos o tres tortitas.
- Cuando las tortitas se doren por la parte inferior, les daremos la vuelta con la ayuda de una espátula y las pondremos a dorar por el otro lado. Una vez doradas por ambos lados, las sacamos y las colocamos sobre un plato con papel de cocina para que absorban el exceso de aceite que puedan tener.
- Repetiremos hasta acabar con la masa, y entre tandas, si vemos que es necesario echaremos un poco más de aceite.
- Servimos recién hechas.
Para tener en cuenta
- Si queréis darle un poco más de 'cremosidad' podéis añadir a la masa un par de cucharadas o tres de queso rallado.
Déjanos tu comentario