El tzatziki es una salsa de yogur griego, pepino, menta, ajo y aceite de oliva que es ideal tanto para consumir en plan dip, o como salsa.
El tzatziki es uno, si no el más, de los dips griegos más conocidos. Y como la mayoría de este tipo de elaboraciones, son sencillísimas de hacer y el resultado es fabuloso. Es posible que lo encontréis ya preparados en algún supermercado (de hecho, hasta hace relativamente poco, Mercadona lo tenía en su inventario), pero de verdad que no merece la pena comprarlo. Se hace en un abrir y cerrar de ojos, y así no le añadimos ningún tipo de conservante raro. Casi, lo más complicado (diría laborioso) es rallar el pepino, pero teniendo un buen rallador, todo es mucho más sencillo
Aunque en casa lo solemos tomarlo como dip, con pan de pita, nachos, o incluso regañás, también se puede emplear como una salsa para acompañar algún tipo de salsas.
Como culturilla general (que seguro que muchos ya sabéis) deciros que aunque el tzatziki como tal es de origen griego, podemos encontrar elaboraciones similares que tienen distintos nombres. Es, por ejemplo, el caso del cacik de origen turco, que se suele emplear también como salsa para los kebab o incluso como sopa fría donde se le añade agua para volverla más líquida.
Este tipo de elaboraciones pueden tomarse nada más hacerse aunque con reposo en la nevera, para que enfríe y coja algo más de cuerpo (queda más denso) están todavía mejor. Mucho más si lo tomamos como dip durante el verano
Ingredientes
- 2 yogures griegos (250 g)
- 1 pepino mediano
- 1 c/s de aceite de oliva virgen extra
- 2 c/s de menta picada
- 1 diente de ajo
- Zumo de ½ limón
- Sal y pimienta negra
Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
Elaboración
- Lo primero que vamos a hacer es pelar bien el pepino y rallarlo con un rallador fino hasta que nos quede una especie de puré de pepino (una textura donde no tengamos tropezones). Lo salamos ligeramente y lo dejamos en un escurridor para que vaya soltando el agua. De vez en cuando, podemos apretar ligeramente con el reverso de una cuchara para ayudar a escurrir mejor.
- En un cuenco, mezclamos el yogur, el aceite, el diente de ajo muy picado, el zumo de medio limón, la menta picada y una pizca de sal y pimienta negra recién molida. Removemos.
- Finalmente, y una vez bien escurrido el pepino (para evitar que nos agüe mucho nuestro tzatziki), incorporamos el puré de pepino y volvemos remover suavemente hasta conseguir integrar perfectamente todos los ingredientes.
- Aunque podemos tomarlo en el momento, es conveniente dejarlo reposando un par de horas en la nevera para que coja cuerpo y esté más frio.
- A la hora de servir echamos un hilo de aceite de oliva y decoramos con un poco de menta. Podemos acompañarlo con pan de pita, unos nachos o incluso unas crudités
Para tener en cuenta
- Si no tenéis yogur griego, podéis hacerlo con yogur natural normal, pero necesitaremos colar bien el suero que lleva. El resultado no es tan cremoso, pero también es una opción (y con menos calorías ).
- Igualmente que hacemos con el yogur, si no tenéis acceso a menta fresca, podéis reemplazarla por hierbabuena que sí suele ser más fácil de conseguir en el super. De hecho, a muchos paladares les resulta muy difícil diferenciar estas dos hierbas aromáticas
- El tzatziki tiene un ligero sabor picante, propio del ajo y de la pimienta negra. Si queréis reducir el picor, podéis echar un poco menos de ambos ingredientes o incluso llegar a prescindir de ellos.
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