Huesillos o rosquitos. Distintos nombres para este típico dulce frito tradicional. Un recuerdo a mis abuelas (Ana y Cata).
Tras un parón provocado por otro de mis proyectos personales, retomo el blog con una receta que llevaba mucho tiempo queriendo subir al recetario: los huesillos o rosquitos. Una misma receta que según el origen, en mi casa, los llamamos de una forma distinta. Y diría, que además del origen, también podríamos incluir la ‘forma’. Sí, sí, como os lo cuento. Cuando los hacía mi abuela Ana (en Salvadiós -Ávila-), los llamábamos huesitos y estos se solían hacer de forma alargada. Por el contrario, cuando los hacía mi abuela Cata (en Huerta de Rey -Burgos-), los llamábamos rosquitos porque su forma era redonda. Esta vez, han sido mis hijos los que les han dado forma (huesillos y rosquitos), y la abuela Mariví (mi madre) la que ha disfrutado con ellos.
Si me preguntáis por mi ‘forma’ favorita, os diré que son los huesillos. Al hacerlos de forma alargada, solíamos hacerlos un poco más gordos. Esta forma favorece a que a la hora de freír el huesillo se quede ligeramente crudo por dentro, quedando una masa interna a la que llamábamos corazón. Sí, ese huesillo con un hilo de masa menos hecha, era un huesillo con corazón. En casa, cuando nos tocaba uno de ese tipo, era como que nos había tocado el huesillo con premio . ¿Se puede conseguir un rosquito con corazón? Pues también, pero es algo más complicado. Para que el rosquito quede con su agujerito en el centro, no podemos hacerlo muy gordo porque de lo contrario se terminaría cerrando… y si lo abrimos más para poderle hacer más gordo y con mayor agujero en el centro, en lugar de rosquito, tendríamos un roscón
Como la mayoría de los dulces tradicionales, eran dulces que se hacían un poco a ojo. Y no es que no tengan medidas, que las tiene, sino que éstas no son del todo ‘exactas’. Cuando leáis los ingredientes lo vais a entender, pero que esto no os eche para atrás, estoy seguro que os van a quedar genial. ¡Ah!, las cantidades van referidas al número de huevos, es decir, os indico la cantidad por cada huevo, y vosotros decidís cuántos huevos hacer. En mi caso, esta vez, hemos hecho 6 huevos.
Los huesillos (o rosquitos) son parecidos a los huesillos extremeños, pero en este caso, uno de los ingredientes presentes es el aguardiente. No es un licor que suela ser habitual en las casas, pero sólo por esta receta, casi que merece la pena comprar un botella
Ingredientes
- Cantidades por cada huevo
- 1 huevo
- 3 c/s de azúcar
- 3 c/s de aceite de oliva
- 3 c/s de aguardiente
- 1 sobre de gaseosillas -ver notas-
- 7 c/s de harina (unos 140 g) -ver notas-
- Aceite de girasol para freír
Abreviaturas
- c/s: Cuchara sopera
- c/p: Cuchara de postre
- c/c: Cuchara de café
- c/n: Cantidad necesaria
Elaboración
- En un bol ponemos los huevos, el azúcar, el aceite, el aguardiente y las gaseosillas. Como vamos a tener un proceso de amasado, podemos usar directamente el bol de la amasadora (o robot de cocina).
- Vamos incorporando la harina poco a poco y vamos amasando ligeramente.
- Según vayamos incorporando más harina, nos irá costando un poco más, por lo que si tenéis la posibilidad, es conveniente usar una amasadora ya que os facilitará mucho el amasado.
La harina indicada en los ingredientes es algo orientativo (pero bastante aproximado). Quizás necesitemos un poco menos o un poco más, pero tenemos que conseguir una masa blanda, compacta, y que no se nos pegue en las manos al amasar. - Una vez tengamos preparada la masa, la tapamos con un paño de cocina y la dejamos reposar unos 15 minutos para que fermente.
- Ahora cortamos porciones de masa y le damos forma de huesillo o rosquito.
- Preparamos una cazuela de paredes altas, y echamos una cantidad abundante de aceite de girasol. Cuando esté el aceite bien caliente (sin que empiece a humear) vamos friendo los huesillos (o rosquitos) controlando siempre la temperatura del aceite para que no suba mucho y se nos quemen los huesitos ni que baje mucho porque la masa absorbería aceite de más y se nos quedarían bastante crudos por dentro.
- Según vayamos friendo los huesillos, los vamos sacando y los dejamos escurrir sobre papel de cocina absorbente. Podemos echarles un poco de azúcar por encima, o dejarlos tal cual.
- Repetimos el proceso hasta acabar con toda la masa.
Para tener en cuenta
- Gaseosillas. Si no tenéis de este gasificante (habitualmente sobres de dos colores), podéis utilizar levadura química (la del tipo Royal). En general, se suele emplear los dos sobres de gasificante (uno de cada color) por cada 200 g de harina de repostería (nosotros aquí estamos usando una harina normal). El equivalente en levadura química sería 8 g para la misma cantidad de harina de repostería (200 g). En resumen, para los 6 huevos que hemos hecho nosotros, podríamos haber sustituido por 2,5-3 sobres de levadura química.
- Harina. Esta es de esas recetas en las que la cantidad no es exacta. Y la cantidad de harina se traduce en "la cantidad que admita" la masa. Vosotros mismos vais a ver que teniendo en cuenta la referencia indicada en los ingredientes, obtendréis una masa blanda, compacta, y que no se pega en las manos al amasar. La masa tiene que tener un punto que os permita manejarla con facilidad para dar forma a los huesitos/rosquitos.
- Estos huesillos/rosquitos son tan deliciosos que los podemos comer en cualquier momento: en el desayuno, para el café de sobremesa, para la merienda... incluso entre horas
- Como os decía al principio de la entrada, podéis hacer la cantidad (número de huevos) que consideréis oportuno. Yo cuando me pongo (pasa mucho tiempo hasta que vuelvo a hacerlos) suelo hacer media docena de huevos. Esto da para unas 8 docenas de huesillos/rosquitos aunque depende un poco de lo grandes y gorditos que los hagamos.
- Aunque como os comentaba en casa nos gustan que tengan un poco de corazón (masa ligeramente cruda), hay que buscarles bien el punto, porque la masa (aunque en mi caso no tengo inconveniente en comerla cruda, que está riquísima) tiene un regusto a alcohol (del aguardiente), por lo que no es conveniente para los peques de la casa, y además pueden llegar a notar ese sabor 'raro'.
- Este tipo de dulce frito aguanta perfectamente sin resecarse dentro de un tuper. Eso sí, no lo dejéis muy al alcance de cualquiera porque son un auténtico vicio, y como te pongas, te los comes como pipas!
- Si no encontráis aguardiente y tenéis anís en casa, podéis reemplazarlos por anís aunque deberíais reducir ligeramente la cantidad de azúcar para compensar el dulzor del anís frente al aguardiente.
- Hay gente que los huesillos, una vez fritos, los suele rebozar en azúcar de echarles un poquito por encima. Es añadirle más azúcar, pero también están buenos. Yo, personalmente, casi prefiero tal cual salen de la fritura... sin azúcar 'adicional'
- También, si se les quiere dar un toque de limón, podemos rallar (para 6 huevos) la piel de un par de limones nos muy grandes. Sólo deberemos tener cuidad de echar sólo la parte amarilla.
Para finalizar, os voy a dejar unas fotos del paso a paso de la receta. Es simple, pero vamos a darle sentido al refrán de que "una imagen vale más que mil palabras".
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